Los Versos de los Quintos

Cada “Domingo Gordo”, Domingo de Carnaval, Castronuño celebra la fiesta de los Versos de los Quintos. Siendo esta su fiesta ancestral más relevante. El origen de esta fiesta o rito de paso se pierde en el tiempo, estando documentada su celebración desde principios de los años 30 del siglo XX.

Ese día, Los Quintos, ataviados con pañuelo o mantón atado al torso y sombrero adornado con cintas de colores, montados sobre caballos se reúnen en el paraje de Carretejar para recitar (“echar”) sus versos a la concurrencia. Los versos, escritos siempre en tono de humor, son relaciones a modo de presentación en sociedad. Tratan sobre la procedencia familiar del quinto o quinta, sobre hechos ocurridos al orante a lo largo de su vida y situaciones destacables generalmente de carácter local, en son de crítica social, con sorna, socarronería y desparpajo. En el verso, los Quintos dedican cintas de colores a sus seres queridos.

La tradición de “echar el verso” supone uno de los momentos más especiales en la vida de los castronuñeros y castronuñeras.

Una vez todos los quintos han recitado sus versos, llega el momento de “correr las cintas”. Los quintos cabalgan bajo un antiguo avión de madera del que cuelgan cintas que han de sacar con la ayuda de un punzón. Estas cintas tienen en uno de sus extremos una anilla por la que deben introducir el punzón cuando vayan galopando. Las cintas que los quintos consiguen son dedicadas y repartidas entre sus familiares y amigos, que las lucirán al cuello como preciado tesoro.

Cada año son más los visitantes procedentes de diferentes puntos del País los que se acercan a Castronuño para disfrutar de esta singular tradición.

El lunes de Carnaval, los quintos recorren el pueblo acompañados de una banda de música y haciendo parada en las casas de todos los quintos donde se les recibe con buenas viandas. Cada Quinto volverá a echar su verso en la puerta de su casa.